¿La tecnología nos deshumaniza?
Es muy común escuchar que la tecnología nos deshumaniza, es decir, nos priva de las cualidades que nos hacen humanos. Pero, ¿es realmente así? La tecnología es un concepto que va más allá de los dispositivos electrónicos que usualmente asociamos con ella. La palabra tecnología proviene de los términos griegos "techné", que significa arte u oficio, y "logos", que se traduce como estudio o conocimiento. Así, la tecnología es el conocimiento aplicado a resolver problemas o mejorar nuestras capacidades humanas.
1) La aplicación de la tecnología
La aplicación de la tecnología nos permite desplazarnos más rápido y lejos, realizar tareas físicas con menos esfuerzo, ver cosas distantes como si estuvieran cerca, escuchar sonidos lejanos, recordar información que podríamos olvidar, e incluso inventar nuevas tecnologías. Incluso los objetos más simples, como un lápiz, una bicicleta o un videojuego, son aplicaciones tecnológicas.
Pero antes de ser rápidos en afirmar que estas tecnologías nos deshumanizan, debemos preguntarnos qué es lo que nos hace humanos en primer lugar. A diferencia de otros animales, que se adaptan a su entorno, nosotros los humanos somos capaces de adaptar nuestro entorno a nuestras necesidades o gustos. En otras palabras, somos seres racionales muy vinculados a un lenguaje complejo que nos permite pensar y comunicar ideas abstractas.
El lenguaje en sí mismo es una tecnología, y la escritura, que nos permite conservar ideas para futuras generaciones, también lo es. Además, la moral y el derecho, el acuerdo generalizado sobre lo que se debe o no se debe hacer, son aplicaciones tecnológicas. Un ejemplo de escritura temprana es el Código de Hammurabi, un conjunto de leyes escrito en Babilonia alrededor del año 1700 a.C.
2) Todo esta asociado a la tecnología
El arte, como la danza, el teatro, la pintura y la escultura, también está profundamente asociado con la tecnología. La guerra es otra aplicación tecnológica exclusiva de los humanos, ya que somos capaces de poner en práctica tecnologías para la destrucción y, potencialmente, extinguirnos a nosotros mismos.
Por lo tanto, resulta que en realidad la tecnología es la que nos ha humanizado, para bien o para mal. Pero al final, no es la tecnología en sí misma la que nos transforma, sino el uso que hacemos de ella. La tecnología simplemente potencia nuestras habilidades. Como dijo el científico y escritor alemán G.C. Lichtenberg, "YouTube tiene el efecto que generalmente los buenos libros tienen: hace tontos a los tontos, más listos a los listos, y los demás quedan ilesos".
En otras palabras, la tecnología, por más avanzada que sea, no puede reemplazar nuestra capacidad de pensamiento crítico, de creatividad, de expresión artística o de toma de decisiones éticas. La mejor forma de aprovechar la tecnología es desarrollar primero nuestras propias habilidades y luego utilizarla como una herramienta para hacer lo que ya sabemos hacer, de manera más efectiva, eficiente y precisa.